Hoy, como veo en redes sociales y distintas newsletters, podría escribir un resumen de todo lo que he logrado en 2024. Estuve tentado. Recopilé toda la información. Pero mi artículo no va de resultados, sino de reflexiones y aprendizajes. Como dijo Bill Walsh, entrenador ganador de la Super Bowl:
Todo líder realiza una revisión de fin de año y llega a conclusiones de una u otra forma. Mi observación es que dos líderes que miran la misma información no verán lo mismo. El que sea un analista más hábil, que profundiza y abarca más, se beneficiará más.
Diría más, este es un ejercicio necesario para cualquier profesional, sin necesidad de la subjetiva etiqueta de «líder».
Mis datos en 2024
- 123 publicaciones en LinkedIn
- 1.330.357 impresiones de estas publicaciones en LinkedIn
- 549.709 usuarios de LinkedIn alcanzados
- 5.056 interacciones en LinkedIn
- 14.231 seguidores en LinkedIn
- 59 nuevos vídeos en mi canal de YouTube
- 407.919 vídeos vistos en mi canal de YouTube
- >19.900 horas de vídeos vistos en mi canal de YouTube
- 4.735 suscriptores en mi canal de YouTube
- 30 nuevas entrevistas o tertulias en el pódcast «Dale Play al digital»
- 99.990 videos/audios vistos/escuchados en el pódcast (YouTube+Podcasting)
- >2.347 horas de vídeos vistos en el pódcast (YouTube+Spotify)
- 1.135 suscriptores al pódcast (YouTube+Spotify)
- 95 nuevos vídeos en el canal de YouTube de SoftDoit, de los cuales grabé personalmente 78 de estos vídeos
- 1.015.275 vídeos vistos en el canal de YouTube de SoftDoit
- >32.300 horas de vídeos vistos en el canal de YouTube de SoftDoit
- 8.934 suscriptores en el canal de YouTube de SoftDoit
Es decir, para estos canales donde he depositado mi esfuerzo este 2024:
- 167 nuevos vídeos producidos directamente (+17 indirectamente)
- 123 nuevas publicaciones escritas
- 2.853.541 impactos en 2024 (más del 95% en vídeo)
- >54.547 horas de visualización de estos vídeos en diferentes plataformas (sin contar el tiempo de visualización en LinkedIn)
- 29.035 suscriptores
Reflexiones
Son muchos números, sí. Pero con la perspectiva que da el final del año, no creo que estas métricas sean verdaderamente relevantes. Aunque puedan parecer espectaculares, la mayoría solo alimentarían la vanidad. El verdadero ejercicio, como sugiere Bill, es reflexionar sobre lo que me ha dado o quitado energía este año.
¡Así de simple! De toda esta intensa producción de contenidos extraigo una conclusión clara: «producir contenido a este ritmo es agotador». Espero haber aportado el máximo valor posible a mi audiencia (y a la de SoftDoit). Honestamente, este siempre fue mi objetivo al comenzar el año.
Durante estos meses he aprendido mucho sobre la motivación. Hoy es un tema recurrente, quizá sobredimensionado. Parece que debamos estar continuamente motivados. Sin embargo, la motivación fluctúa y cambia, como casi todo en la vida.
Piénsalo: en realidad todos tenemos únicamente dos fuentes de motivación. La extrínseca y la intrínseca. Con el tiempo, nuestras experiencias hacen que la balanza se incline hacia una de ellas. De aquí surgen dos tipos de personas:
- Las tipo X: más vinculadas a la motivación extrínseca (difícil de mantener hoy en día)
- Las tipo I: más impulsadas por deseos intrínsecos que por externos
Este 2024 ha sido, sin duda, un año para conocerme mejor, para reconectar con mi verdadera esencia. Volver a ser yo, auténtico y diferente. Quienes me conocen saben que soy, predominantemente, tipo I. Me preocupo menos por las gratificaciones externas y más por la satisfacción inherente a mi trabajo. Para alimentar esta motivación intrínseca, todos necesitamos tres motores:
- la autonomía (en las tareas, el tiempo, la técnica y el equipo),
- el dominio (deseo por mejorar y perfeccionar las habilidades buscando experiencias autotélicas)
- y la finalidad (que nos aporta un contexto).
Si vuelves a revisar los números al inicio de este artículo, comprenderás que ha sido un año con mucho movimiento.
Es curioso, saber exactamente lo que quieres transforma la manera en que ves las oportunidades, tomas decisiones y asignas tu energía. Esta es la principal diferencia entre movimiento y progreso.
A menudo nos centramos en adquirir más habilidades, acumular recursos o construir mejores redes de contactos, pero estas herramientas solo se vuelven transformadoras cuando las dirigimos hacia un propósito claro.
Afortunadamente, termino 2024 con una finalidad mucho más clara que cuando lo inicié.
Estas conclusiones no son triviales. El ritmo frenético de nuestras vidas nos arrastra hacia una pseudoproductividad que seguimos aceptando sin cuestionarla. Queremos llenar cada minuto con más y más tareas, más actividades. Todos hemos caído en esta trampa. Mi mundo, el de la tecnología digital, suele empujarnos en esta dirección. Para hacer frente a esta locura, a veces debemos tomar decisiones contraintuitivas.
Mi 2025 será el año del «slow media»
Si no conoces este movimiento, se originó como «slow food» en el ámbito gastronómico cuando se inauguró un McDonald’s en la Plaza de España de Roma en 1986. Esta ideología se fue extendiendo gradualmente a otros sectores y disciplinas. En 2010, tres blogueros alemanes publicaron el manifiesto «slow media». Curiosamente, aunque lo descubrí hace apenas una semana, encaja perfectamente con todo lo que he intentado hacer en los últimos años.
¿Qué valores promueve este movimiento?
- Respeto por el usuario, proximidad y socialidad: Se acerca a la audiencia de forma consciente y cercana. Fomenta la comunicación local y personal, priorizando las interacciones humanas y las conexiones genuinas por encima de la conectividad digital constante. Impulsa la creación de comunidades auténticas.
- Desaceleración y desconexión: Cuestiona el consumo y la producción masiva de información, apostando por un uso más reflexivo de la tecnología.
- Autocontención y sostenibilidad: Evita la dependencia de la publicidad masiva. Cuestiona el consumismo tecnológico y la obsolescencia programada, defendiendo un uso más responsable y sostenible.
- Calidad y creatividad: Antepone la calidad a la cantidad, centrándose en contenidos elaborados y reflexivos en lugar de información superficial. Apuesta por contenido profundo basado en la investigación.
- Atemporalidad: Desarrolla contenido que conserva su valor a lo largo del tiempo.
- Progresividad: No rechaza la tecnología moderna, sino que busca un uso más consciente de ella.
Como ves, el movimiento no rechaza la tecnología. Sería algo incoherente para un tecnólogo como yo.
Mis mejores aciertos en 2024
Dos logros principales destacan.
El primero, mantener el compromiso con mi salud integral: física, mental y espiritual. Una prioridad que continuará en 2025.
Desde mediados de 2022 he trabajado en un completo cambio de alimentación. Este año lo he reforzado con más entrenamientos de fuerza. 181 entrenamientos en 2024 frente a los 45 de 2023. Crecen también mis pasos, ya claramente por encima de los 10.000 diarios.
Pero también trabajé activamente en un mejor sueño reparador. Por fin estoy en un valor razonable: 7 horas y 25 minutos de media. Y todo este esfuerzo genera resultados positivos en mi cuerpo y mi mente. La más visible, es la reducción de mis pulsaciones por minuto medias en este 2024, que han pasado a 47 ppm.
El segundo, la evolución gradual hacia Befocusy, un proyecto que refleja mi esencia y propósito vital. Aún hay un largo recorrido para conseguir una digitalización más coherente, y esta será la misión fundamental de esta escuela online para profesionales que continuaré desarrollando en el próximo año.
Os espero a todos con un lema que haré mío este año:
Ese ha sido uno de mis mantras: enfoque y simplicidad. Ser simple puede ser más difícil que ser complejo: tienes que trabajar duro para lograr que tu pensamiento sea claro y hacerlo simple. Pero vale la pena al final porque, una vez que llegas allí, puedes mover montañas.
— Steve Jobs